Daniela es una joven profesional que decidió renovar su dormitorio de la niñez para poder utilizarlo también como despacho.
El cuarto es bastante pequeño así que se intenta aprovechar al máximo los lugares de almacenaje y espacio de trabajo.
Nuestra cliente quería un estilo fresco, romántico y actual. Ofrecimos dos propuestas de diseño interior, en ambas se lacó con pintura color blanco el armario empotrado existente pero en perfectas condiciones que pudimos recuperar y se colocó una actualizada y romántica lámpara de araña.
La cliente se decidió por la primera opción, parquet recuperado en suelo, tabiquería con pintura plástica color blanco, una gran estantería hecha a medida de madera lacada con escalera metálica deslizante, a la que se le incorporó un escritorio con el pie de una antigua máquina de coser que poseía la familia, iluminación led en lo alto del armario y una cama con cabecero rústico de madera sin tratar.
El resultado fue un espacio funcional, con sensación de amplitud y aires nórdicos.
Propuesta de diseño #1